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Blackrock, Vanguard, State Street: las dueñas de las corporaciones más importantes del mundo

Se está produciendo un cambio fundamental en la inversión bursátil, y los efectos derivados están a punto de tener un impacto dramático en la América corporativa.

En el pasado, los particulares y las grandes instituciones invertían sobre todo en fondos de inversión de gestión activa, como los de Fidelity, en los que los gestores de fondos seleccionan acciones con el objetivo de ganarle al mercado. Pero desde la crisis financiera de 2008, los inversores se han decantado por los fondos indexados (o de gestión pasiva), en donde los que los gerencian básicamente compran acciones de todas las empresas de un determinado índice bursátil, como el S&P 500.

La magnitud del cambio es asombrosa: de 2007 a 2016, los fondos de gestión activa han registrado salidas de fondos de aproximadamente 1.200.000 millones de dólares, mientras que los fondos indexados tuvieron entradas de más de 1.400.000 millones de dólares.

En el primer trimestre de 2017, en los fondos indexados ingresaron más de 200.000 millones de dólares, el mayor valor trimestral registrado.

¿Democratización del mercado?

Este cambio, posiblemente el mayor de la historia en materia de inversiones, se debe en gran parte a los costes mucho más bajos de los fondos indexados.

Los fondos de gestión activa analizan el mercado, y sus gestores están bien pagados por su trabajo. Pero la gran mayoría no son capaces de ganarle sistemáticamente al índice.

Entonces, ¿por qué pagar entre el 1% y el 2% de comisiones cada año por los fondos activos cuando los fondos indexados cuestan una décima parte de eso y ofrecen el mismo rendimiento?

Algunos observadores han alabado esta evolución como la «democratización de la inversión», porque ha reducido considerablemente los gastos de los inversores.

Pero otros efectos de este cambio sísmico distan mucho de ser democratizadores. Una diferencia crucial entre el sector de los fondos activos y el de los fondos indexados es que el primero está fragmentado, formado por cientos de gestores de activos diferentes, tanto pequeños como grandes.

En cambio, el sector de los fondos indexados, de rápido crecimiento, está muy concentrado. Está dominado por sólo tres gigantescos gestores de activos estadounidenses: BlackRock, Vanguard y State Street – lo que llamamos los Tres Grandes.

Dejando a un lado la reducción de las comisiones, el auge de los fondos indexados ha supuesto una concentración masiva de la propiedad de las empresas. Juntos, BlackRock, Vanguard y State Street tienen casi 11 billones de dólares en activos bajo gestión (NOTA DE CLIMATERRA: 5 años después de haberse escrito este documento los 3 fondos manejan 22 billones de dólares en activos, y son los accionistas mayoritarios en más del 96% de las empresas del S&P500). Eso es más que todos los fondos soberanos juntos y más de tres veces la industria mundial de fondos de cobertura.

Fuente climaterra https://www.climaterra.org/post/estas-tres-empresas-son-due%C3%B1as-de-las-corporaciones-estadounidenses-y-del-mundo